TOUR DE FRANCE

Masclet escrigué:





¡CON UNA RUEDA LANZA EL ATAQUE!

Vinatea escrigué:Bé, a partir de hui m'enganxe al tour. A vore si ja comencem a vore ciclisme del bo.

NOIstradamus escrigué:

Vinatea escrigué:Bé, a partir de hui m'enganxe al tour. A vore si ja comencem a vore ciclisme del bo.

Hoy es el mejor dia del Tour...

NOIstradamus escrigué:

Vinatea escrigué:Bé, a partir de hui m'enganxe al tour. A vore si ja comencem a vore ciclisme del bo.

Hoy es el mejor dia del Tour...

El tiempo es cíclico. Como el Tour. Avanza y, de repente,
vuelve a su origen.
16 de julio de 1958. Llueve dentro de la fría niebla del
puerto de Luitel. Charly Gaul habla con Federico Martín Bahamontes.
«¿Vamos?», le propone. Gaul es luxemburgués y es el 'Ángel de la
Montaña'. Tiene 25 años, mirada azul y el Tour casi perdido. A su lado
sacude pedaladas Bahamontes, español, de tez parda y pelo ondulado. Le
dicen 'el Águila de Toledo'. «¿Vamos?». El castellano asiente. Tienen
poco en común, como describió 'Le Monde': «Gaul adora la lluvia;
Bahamontes, el sol. Gaul odia a Bobet; Bahamontes, a Loroño».. Se van
bajo el diluvio. Bahamontes, que tiene ya 30 años, cede. Gaul firma una
leyenda. Ese día hace suyo el Tour. El siguiente, el de 1959, será el de
Bahamontes. Los dos protagonistas de aquella breve conversación.
13 de julio de 2010. Ayer. Sudor solar. Andy Schleck,
como Gaul, es luxemburgués y tiene 25 años. También se gira, aunque no
en Luitel, sino en La Madeleine, y habla con Alberto Contador después de
atacarle cuatro veces. «Si arranco una vez más igual me hago daño a mí
mismo», confiesa. Firma el empate con un par de pestañeos. Contador
asiente. Nació en Pinto y anda por los 27 años. Schleck es hijo de
ciclista; Contador, del campo extremeño, del aire libre. «Ahora lo tengo
mejor. Es más fácil vigilar a uno que a muchos», resume el madrileño.
La Madeleine les ha dejado solos en este Tour. A la par. Contador ha
ganado ya las ediciones de 2007 y 2009; Schleck quiere la de 2010. Han
empezado a hablar del asunto en los Alpes y terminarán la discusión en
los Pirineos. Gaul y Bahamontes están a medio siglo de distancia.
Schleck y Contador, a apenas 41 segundos en la general.
«No me había puesto un maillot amarillo desde que era
juvenil», festeja Schleck. Hasta ayer, esa prendra era del australiano
Cadel Evans. Pálido en La Madeleine. Arrastrando su secreto: tenía un
hueso del codo roto desde el domingo. Ni siquiera sus gregarios lo
sabían. Subió en silencio, con el dolor bien anclado, y se quedó atrás
con la primera aceleración del Saxo Bank, el equipo de Schleck. Solo. En
la meta lo perdió todo: el maillot, ocho minutos y el Tour. Como en
2008, cuando otra caída le apartó del liderato. Llegó devorado por la
mala fortuna. Mojado en sudor agrio. Ido, como el que mira una hoja en
blanco. Y sólo cuando uno de sus gregarios vino a consolarle echó a
llorar. Lágrimas sobre el maillot perdido. «Cadel ha soportado todo lo
que se puede soportar», agradeció el mánager del BMC, Jim Ochowicz.

Para alpinistas

El Tour se incrustó ayer en los Alpes. Una etapa de
verdad, con la Colombiere, el Aravis, Saisies y La Madeleine. Para
alpinistas. El Caisse d'Epargne montó la mejor cordada. Colocó a Luis
León Sánchez, Moreau e Iván Gutiérrez en la fuga matinal. Con ellos iban
el potente Cunego y el francés Sandy Casar, el dorsal gafado. Seis
veces segundo en etapas del Tour. El ciclista frustrado. Y ése parecía
su destino hasta que el Caisse d'Epargne se suicidó. Eso, al menos,
contó su líder y víctima, Luis León Sánchez, que se sentía traicionado
por sus directores. «Primero me ordenan que tire para subir puestos en
la general. Y luego cambian de opinión y me dicen que vaya a por la
etapa. Ya no me quedaban fuerzas para el sprint». El Caisse d'Epargne no
fue ayer su equipo: «No se puede cambiar así de opinión».
Vista la duda del Caisse, Casar acabó con su maleficio.
Respiró al celebrar su victoria. En el kilómetro final, a los de la fuga
les atraparon Contador y Schleck, los dos únicos candidatos designados
por La Madeleine para disputar este Tour. De Evans y Sastre se había
encargado el Saxo Bank. Y de los demás rivales se ocupó Dani Navarro, el
amigo de Contador. Soltó un latigazo y redujo el Tour a sólo dos
nombres. Gaul y Bahamontes. Andy y Alberto. Pudieron ser tres, pero a
Samuel Sánchez se le clavó una ráfaga de calambres. Dolía verle. Tan
cerca y tan tieso en la espiral del descenso de La Madeleine. «Sufro con
el calor. Las sales...». No pudo alcanzar al dúo del Tour, pero es
tercero en la general tras distanciar a Menchov, Gesink, Basso,
Rodríguez, Leipheimer y Lance Armstrong. Todos tan lejos de la sombra de
Schleck y Contador. De Charly y 'Fede'. Vuelven.

Suick escrigué:Muy pronto se ha partido la baraja. La cosa se queda en el previsto mano a mano entre Andy y A.C. Al menos habiendo solo una crono el asunto tiene que aguantar vivo hasta entonces, porque si hubieran metido dos nos tragaríamos 10 etapas de relleno.

Vinatea escrigué:Això son sprints

NOIstradamus escrigué:Lo del lanzador cortando la trayectoria de los sprinters es lo mas normal del mundo.

Otra cosa es que Renshaw venga calentito de embestir a Dean y lo haga tan descarado.


Lo que no puede ser es que por unos cabezazos te tiren del Tour y por estamparle una rueda en la cabeza a otro no pase nada.

Suick escrigué:

Vinatea escrigué:Això son sprints

Eso es Ben Hur. Lo de los cabezazos ha sido feo, pero el bandazo que pega el tío para que Farrar, que en la vida hubiera pasado a Cavendish, no le coja la rueda es una temeridad. Con estos lanzadores podría ganar los sprints hasta Pereiro.

Suick escrigué:Quitarle la victoria a Cavendish y multa al canto. Así lo hubiera arreglado yo.